Alto Comedero celebra con fervor a San Roque con un festival y ceremonias religiosas, reafirmando la profunda devoción de la comunidad hacia este santo protector.En la parroquia que lleva su nombre ubicada en el Barrio Éxodo Jujeño.
Este 16 de agosto, la Iglesia Católica conmemora a San Roque, uno de los santos más venerados a nivel mundial, conocido como protector contra las pestes y defensor de los perros.
Aunque el año exacto de su nacimiento sigue siendo incierto, se cree que nació entre 1295 y 1348 en Montpellier, Francia.
En Alto Comedero, la celebración de San Roque cobra una especial relevancia, convirtiéndose en un evento significativo para la comunidad.
El 16 de agosto, día central de la festividad, se llevará a cabo un festival familiar, denominada cantata que promete ser uno de los momentos más destacados de la celebración. Este evento busca reunir a las familias comederences un ambiente de fe y tradición, celebrando no solo al santo, sino también la cultura local, en el predio de su Parroquia desde más 20hs, donde habrá grupos musicales, ballets, venta de comida regional.
Las actividades continuarán el 18 de agosto, cuando se realice la recepción de estandartes a las 19:00 horas, seguido de una solemne procesión y la Santa Misa a las 20 horas.
Estas ceremonias religiosas, llenas de simbolismo y devoción, reflejan la profunda conexión que la comunidad de Alto Comedero mantiene con San Roque, considerado un protector en tiempos de necesidad.
La devoción a San Roque en el distrito es un reflejo del legado universal de este santo, cuya vida estuvo marcada por la compasión hacia los más vulnerables, incluyendo a los animales. La historia cuenta que, tras quedar huérfano a los veinte años, Roque decidió vender todas sus posesiones y repartir sus ganancias entre los pobres, para luego embarcarse en una peregrinación a Roma.
Durante su viaje, Europa fue azotada por una epidemia mortal, y Roque, en lugar de huir, decidió dedicar su vida a asistir a los enfermos.
San Roque contrajo la enfermedad en la ciudad de Plasencia y, para evitar contagiar a otros, se retiró a un bosque donde milagrosamente sobrevivió gracias a la ayuda de un perro que le traía pan todos los días. Esta historia le ha dado a San Roque su título de protector de los perros, y su legado continúa vivo en las comunidades que lo honran con devoción, como lo hace Alto Comedero cada año.