Cada 6 de enero se celebra el Día de los Reyes Magos. La fecha recuerda el viaje a Belén para ver a Jesús, de Melchor, Gaspar y Baltasar. Los tres príncipes árabes siguieron una estrella que los guio hasta el lugar donde se encontraba el niño. Allí le ofrecieron regalos de oro, incienso y mirra. Tradicionalmente, durante el 6 de enero, en todos los hogares se espera la llegada de los Reyes Magos. En la noche previa, es habitual dejar pasto, agua y un zapato para recibir sus esperados regalos.
Durante la Edad Media, se incorporó la costumbre de ofrecer pasto y agua para los camellos que, según la tradición, transportaban a los Reyes Magos por el desierto. Estos elementos no solo representan un gesto de hospitalidad, sino que también tienen un fuerte simbolismo religioso.
¿Qué simboliza la tradición de los Reyes Magos?
El agua, por ejemplo, está vinculada a las otras dos epifanías bíblicas: el bautismo de Jesús en el Río Jordán y la transformación del agua en vino durante las bodas de Caná. Por su parte, el pasto representa el alimento para los animales que acompañaron a los Reyes en su travesía.
El zapato también tiene un rol importante en esta tradición. Al dejarlo en la ventana o junto al pesebre, no solo representa al niño que espera su regalo, sino que también funciona como un recipiente donde los Reyes Magos depositarán sus obsequios.
Los regalos también tienen un origen simbólico. Según la Biblia, los Reyes ofrecieron a Jesús oro, por su naturaleza real; incienso, por su carácter divino; y mirra, que simboliza su futura pasión y muerte.
Esta costumbre, que perduró a lo largo de los siglos, mantiene viva la magia de la Noche de Reyes, un momento en el que la fe, la historia y la ilusión infantil se entrelazan cada año.